martes, 21 de diciembre de 2010

10

Curvas decididas, inmediatas, acaloradas, iluminadas por una tenue luz naranja.
Pelo firme, largo, negro, brilloso, valiente, ordenado capciosa y sabiamente ordenado.
Manos poderosas, tiernas, movidas, listas para entregar su alma blanca y flotante.
Pecho amoroso, suave, sublime protector del mas puro corazón, del motor de un mecanismo utópico, perfecto.
Ojos tristes, intensos, arrebozados en luz multicolor, ojos que no mienten.
Labios eroticos, rosados, como tu color favorito.
Tu desnudez ronda en mi mente, tu cuerpo nada en mi ombligo, tu espalda se funde en mis ojos.
Tu sonrisa se tatua en mi frágil memoria.
Tus pies pisan los mios.
Tu vientre me emociona,
Hasta las Lagrimas.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Manos Resbalosas

Sentía mis manos resbalosas, incomodas por el sudor que segregaban mis poros dilatados, sentía la cabeza fría, las rodillas temblorosas, vacilantes, los ojos quietos.

Caminaba al fondo de la ciudad, que se hacía eterna, largiducha y delgada.

La gente me miraba, con recelo, con curiosidad, sin embargo a veces con ternura.

Mi mente iba a mil, las imágenes de lo que acababa de pasar, me perturbaba en lo mas lloroso de mi cabeza, y en el pecho, como taquicardia, como infarto, como tos con sangre.

Saque un cigarro, me queme los dedos con el maldito encendedor, y bote el humo por la nariz.

Luces de neon, chifas, hoteles, karaokes, pollerias, hombres orinando, era lo que había a mi alrededor, yo estaba tan concentrado en lo mío, tan metido, que no los notaba. Estaba en un estado como de inconexión espacio temporal con la realidad, yo sentado en la butaca de un cine, pero caminando, y viendo la película, una y otra vez. La película de lo que acababa de pasar hace menos de 1 hora.

Mis manos no cesaron de transpirar, y la incomodidad iba en aumento, sentía una angustia atrapante, podía sentir con detalle como desde abajo partía, se hacía un camino dentro de mi, buscaba atajos, hasta que iba a llegar un punto que explote.

Tiré el cigarro enseguida, corrí a la polleria del frente, empuje al guardia de la puerta, esquive a un mesero y llegue al baño y vomite como las mil putas, marrón, con trozos de papa, con arroz y salchicha. La cabeza me reventaba, el vomito me ahogaba, respirar era imposible, los ojos se me pusieron rojos y llorosos, estaba de rodillas, frente al water, disminuido, como cuando era niño, disminuido, de rodillas, ante dios, el señor Jesús, en la cruz.

me levanté tembloroso, me miré al espejo, ni me inmute de mi cara amorfa, de mi cortada en la frente, cerré con pestillo la puerta, con manos que temblaban como octubre, saque el falso del bolsillo, tiré todo lo que quedaba en el vidrio y con 10 soles aspiré todo de una, como si no quedara mas tiempo y me volví a sentar, el malestar físico había disminuido notablemente después del disparo bucal, y del tiro nasal, sin embargo el malestar psicológico no daba espacio a mi deseo de paz, de relajación, de calma, de sentir por lo menos alguna vez en la maldita vida que todo esta realmente bien.

Cierro lo ojos, tratando de tranquilizarme y es peor, me veo a mi mismo, golpeando a mi propia madre, con toda mi fuerza, con el puño cerrado, con la venganza en la respiración, con ojos endemoniados y llorosos.