viernes, 28 de octubre de 2011

Es tremendo estar vivo

El descanso del silencio de algodón estirado y pomposo, de sueños y viajes, de manijas y vendajes.
Mirando el vacío del hueco de las frentes, sonriendole al futuro mentiroso e indiferente.
Bastos umbrales de argumentos sin aliños, de canciones de guitarras resfriadas.
El polvo se ríe esparcido en el piso de madera, y un hilo de luz que atraviesa el cuarto pone a relucir miles de partículas flotantes que interactuan con un aire cansado de estar ahí.
El extraño sentido del sentimiento a información repetida y de electromagnetismos a los neurotrasmisores que nieguen la complejidad de las acciones culpables.
Entonces tube ganas de hablar en ancho y explicar el sentido de la vida humana.
De los grandes hitos del olor a la mañana.
de los rios secos y de las lagrimas paganas.

sábado, 16 de julio de 2011

Transportes Melancolía S.A.

El pesar en los ojos que se deja notar en esos largos viajes de micro gastada. caras largas, sacos negros, manos cansadas, ojos que miran perdidos a un inexistente horizonte. un suspiro. manos en la cara.
Afuera hace frío, un frío triste. Todas las ventanas están cerradas. Adentro, un aire tibio, denso y pegajoso, hacía las veces de somnífero, algunas cabezas perdían a sus dueños y bailaban en sus ejes. Otras descansaban apoyadas en el vidrio dejando siluetas por la diferencia de temperatura.
El cobrador estaba cabizbajo y mal sentado, esperando que el día termine para que sea mañana y esperar que el día termine de nuevo. El chofer maneja aislado y distraído pero sin perderse ningún paradero ni a ningún eventual pasajero. la radio esta apagada. El último asiento está vacío. se hizo de noche. sin estrellas, con neblina. Oscura.
El micro camina como todos los días de borde a borde de la ciudad, haciendo su ruta en forma de recorrido de lágrima. la llovizna cae y acaricia la cara de quienes caminan por las veredas de la ciudad que empieza a guardarse. El camino es tan largo, da tiempo para pensar y pensar da tristeza.

jueves, 14 de julio de 2011

Busco

Quiero encontrar en tus poros ansiosos las respuestas que busco, invehementes ante la articulación de la multitud generdora de carne y silencio. Es la generación y el a mi que me importa. Es la matrícula al binomio perfecto alcanzado en cuerpo y mente. Son los destellos nerviosos y inexpertos que surcan un cielo cansado de tirar a ganador. El miedo cuando quiere es rápido y violento. La entrefricción adquerida por el desgaste castrante de sonidos chinchirrantes e inescrupuloso.

lunes, 4 de julio de 2011

http://t.co/fkA5VdV

- ¿Libertad? Pero, ¿qué libertad? ¿de qué libertad me estás hablando?.

- Quieras o no, eres libre. No lo puedes negar.

- Tu mismo lo dices: “quieras o no, eres libre”. ¿Dónde está la libertad ahí?

- Tampoco puedo escoger a mi padre, ni a mi madre, ni el lugar donde nací, ni mi tamaño, ni escoger el tipo de inteligencia. Eso es obvio.

- La libertad solo es la necesidad de ser libre.

Niños corrían de un lado para otro, lo más grandes ocupaban las canchas de futbol y basketball. Algunas niñas jugaban con ligas y pelotitas, las más grandes conversaban en las bancas, sobre todo en las que yacían sobre los árboles viejos del colegio.

- Yo no soy libre. Mi cultura decide por mi, mis genes deciden por mi, mis nervios deciden por mi, la historia decide por mi. Prefiero mirar de lejos y dejar que la vida tome el curso que tenga que tomar. Yo estoy destinado a ser como soy, a que me gusten las cosas que me gusten.

- ¿porqué quieres seguir viviendo algo irreal? No me gusta tu mirada.

- La libertad no es otra cosa que un invento del poder. Ese invento que tienen que inventar para darle algo en que creer a la gente, el mismo mecanismo que la religión, el futbol, el sexo y las pasiones de los grandes. No eres libre, solo que tu no lo entiendes.

- Entiendo perfectamente lo que me dices, pero creo que eres tu el que no entiende.

Una larga cola de alumnos esperaba desordenada disolverse, pero eso no pasaría hasta los últimos momentos antes que termine el recreo.

Los profesores sin embargo, más afortunados, no hacían cola. Pasaban con sus cosas bajo el brazo, mirando con cara de que no pasó nada y recibían felices su porción. Obviamente los profesores más altos de la pirámide, iban en sus autos a sus casas a almorzar. En el comedor solo los de educación física y algunos como geografía, o química. Las profesoras de ingles o las de computo en el salón de profesores. y algunos directores y profesores jefes, se iban a sus casas.

- La libertad es igual a sufrimiento a desorientación, a miedo. la única forma de alcanzar cierto grado de libertad es pensando, meditando, filosofando, la mayoría de veces los resultados de esos ejercicios terminan siendo negativos, penosos, infértiles, aislados y depresivos.

- La libertad te hace feliz amigo, es indudable, la educación nos hará libres. no es acaso eso por lo que el hombre lucha hace tanto tiempo. no es y ha sido el sentido de la vida de muchísimos hombres honorables y corajudos. no es acaso impiración de himnos nacionales, no es lo que ha costado tantas cabezas en la eterna guerra de la independencia.

La cola del almuerzo resumía tantas cosas. Risas falsas se mezclan con risas verdaderas. Pelos ordenados a la perfección y moños improvisados,pelucas que serían cortadas al día siguiente por la jefa de disciplina, y pelos cortos, limpios y bien peinados. Faldas cortas, faldas largas, zapatillas sucias, y zapatos bien lustrados. Olor a virgen y olor a cigarro. Ojos apunto de llorar, ganas de demostrar, presiones que aliviar y labios apunto de besar.

- Oye, nunca nos pondremos de acuerdo. Pero la paso bien conversando. Creo que deberíamos ir haciendo la cola. No me quiero quedar sin almorzar.

- Tienes razón. Pero ahí podemos seguir. Te voy a explicar porque no eres libre.

viernes, 10 de junio de 2011

Chicha

Regreso al momento del mordisco amable, en el que son varias las caras, tantas, grandes los puertos y lejanos del saneamiento de lo sagrado como de la limpieza de lo profundo y lo inmediato es poco, y lo sencillo es humano y los románticos que miran con anhelo al pasado.
El cambio y su no amabilidad ante el oportunismo de lo inoportuno, lo vago con lo profano, la mezclandad en mescolanza.

Poder de televisión y escándalo senil del sueño amargo, los labios que mienten en humedad de cemento fresco, de quijadas fisuradas, en cuerdas y metales, en lagunas mentales de salvados montadores de la verdad disfrazada de conejo, en justicia y balanza se cagan los payasos, los chanchos y la maracuyá.

Sin las huellas digitales, con los pies chorreados en azules montículos del sosiego, la masa es masa, las caras, no son caras, es por eso que el ministerio del infinito sabe lo que debora, lo que se pierde el ser humano promedio de la fronteridad con lo banal y lo ocioso.

lunes, 11 de abril de 2011

La señora Rosa no sabe quienes somos.

La señora Rosa, chatita, regordeta, de antiguos lentes redondos, pelopintao y tacos chatos, se paseaba con desvanecida lentitud y calma atristada, calma que caía abrumada en sus pasos cansados y pesados, entra a su cuarto,cierra la puerta, junta la cortina, apaga la luz, se echa en la cama, se quita los lentes, y se deja llevar al día siguiente, evitando cualquier contacto con lo rutinario y lo vacía que se encontraba en sus reflexiones de seis de la tarde, con el hambre en el cuerpo, el sol romántico, las calles con gentes, y la triste muerte del día, que le da paso a la azulada noche de luna con luz.
La mirada se le iba a los costados, siempre esquiva a una mirada directa de ojos, objetada en la reencarnación social de la carne, hacia el cuerpo.
sus ojos jugaban al imaginario distraído y asaltado pero por sus manos fue que nos dimos cuenta de lo que no nos debimos dar cuenta.
en el espejo la señora rosa sentía que podía hacer lo que ella quisiera, era el puente a la felicidad, a lo sublime, a sentir la piel entumecida, los labios mojados y los ojos abiertos al máximo, su reflejo bailaba dando giros y formando círculos amarillos, morados y verdes, se agacha y siente el piso de terciopelo cariñoso y cómplice, el cielo la absorbe y el celeste sonido de lo limpio toma parte de lo sucio, los brazos se estiran y el pelo se alarga.

La señora rosa no sabe que quienes la observamos somos conscientes de la verdad, que aflora en el raciocinio de cualquier joven solitario o anciano militar.



jueves, 20 de enero de 2011

Mercedo (Primera Parte)

No lo digo yo, lo dice todo el mundo. Mercedo es así.

No es que a mi me guste añadir cosas que no son ciertas, yo pienso que mi discurso es completamente racional, no se porque algunos me acusan de exagerado.

Exagerado me parece que es la barriga del presidente.

Hay que saber separar el chisme de la verdadera realidad, no sé que le pasa a la gente. Cada vez que me dicen que diga algo sobre Mercedo pasa lo mismo de todas las veces. Hasta cuando.

Cuando mercedo merecidamente humilló a aquel tipo de delantal rojo en el supermercado. Recuerdan?. Siempre fue de hacer ese tipo de cosas, no se cual es el adjetivo perfecto para el, recuerda? Sus manos enanas moviendose con franquesa.

Siempre era lo mismo. O me van a decir que no?

Mercedo de pelo grasoso, manos pequeñas, ojos esquivos, piel rojiza, polera negra, jean ancho, largo y casi roto, caminaba cuidadoso con los ojos apuntando a la punta de su zapato (negro), despacio, atento, con seguros pasos en compás con la música de fondo. Los ventiladores gigantes en el techo hacían fuerza para girar y agitar un aire pesado, denso, mentiroso y sudoroso.

Sopas de esparrago, tomate, zanahoria, crema de pollo,diet, caldo de gallina,Light, con trozos, aliñados, solo microondas, listo para comer, dieta de pollo en solo 5 minutos, pague dos y lleve tres, oferta, super oferta, quisiera disgustar, estimados clientes, les anunciamos que nuestro producto estrella de la semana el azúcar Mercado esta en oferta, por tan solo 99,99 puede llevarse 3 paquetes. Gracias.

Se notaba que, así como lo veíamos se dirigía a la sección de carnes, siempre era con el de la sección de carnes, nunca supe el motivo que relacionaba a mercedo con las carnes. Rojas. Crudas. Frias. Musculosas. Pestilentes. Sangrantes.

- oye, tú. El de delantal rojo, vení .

- si joven, dígame.

- A - ah, quiere que le diga. A proposito quiere que le diga, yo justo lo que quería era eso, decirle. Que bueno que justo lo mencione. Mire, yo quiero saber, aparte de que, tu, ya gordo, viejo, repetitivo, sudoroso. Me imagino que usté es un mentiroso, se le nota en la cara gallego. Mirá,vé. Es eso en sus ojos amarillentos, esos pelos sucios y grisverdosos que salen de tu nariz, la carne a tu alrededor, se nota, lo podría jurar por mis pelotas.(bolas)(testículos)

- Q -que es lo que dice…

- Q -Que es lo que digo, me está preguntando usté, o me ta warmanteando, no me escuchó, queré que le repita. Es usted un cerdo repugnante mentiroso, estafador, infiel, tartamudo tragamierda. Sos una escoria loco, entiendeme, cuando una persona llega a ser como tu, cuando se llega a ser tan hijoeputa, merece ser tratada como una flema, como un mojón, como vomito de borracho callejero. Eso es lo que eres, usté es un puta chancho gordo, vendedor fracasado de carne dura.

Mercedo saltó, y brindó un suculento escupitajo en el ojo al pobre carnicero, quien no pudo responder en lo absoluto.

Eso no es ficción, yo no eh alterado la historia, son hechos reales y lo pueden consultar con cualquiera.

Ahora yo que estuve ahí. Pienso.

Ese señor sintió cada palabra pronunciada por mercedo, como una bofetada con un martillo de ablandar carne, así de personal, es decir, el pensó definitivamente que mercedo sabia alguna historia de el, olvidada en el pasado quizá, se sintió desnudado, es decir, sus mentiras fueron reveladas en público, sus mentiras, mas secretas, lo mas intimo, ese secreto guardado que solo uno tiene el conocimiento.

Mercedo lo hacía con cada uno de los carniceros de delantal rojo.

Mercedo es así. Que a mí no me van a venir con estupideces. Yo lo conocí de cerca. Que no me jodan.

(Continuará...)

martes, 18 de enero de 2011

Malescrito

Cuando el solemne canto de la resistencia se almacena en el interno de tu verguenza,
y adelante es lo que viene y lo que sigue, el alma se empolva de un humo pesado y negro, que desborda y apreta en las costillas.
Sin la desilución deportada al filo de mi incisivo, con la mandibula apretada (sin rechine de dientes)
concentrado en lo esfimero, desencadeno uno por uno mis movimientos de mamifero.
el secreto que protegen tus muslos apretados, es casi siempre descubierto por la inteligencia instintiva de lo transmagico.
Naturalidad demolida por los gigantes mounstros del que poco tiene de libro y poco de cara.
La razón se encontrará con la emoción en un punto de la historia.
yo estoy listo.

viernes, 14 de enero de 2011

LaSerena

Repentinamente llega ese momento, en que, una fuerte imagen de la infancia se desprende de un objeto, un olor, una sensación de miedo, o de tristeza, y se avalancha en las entrañas de tu cerebro. Te retumba en las paredes grasosas y musgosas, mocosas del cuerpo por dentro, y luego vuelves a la normalidad. Sin embargo estuviste ahí, un momento, en ese día, en ese momento, viajaste por blanquiñosos, luminitivos, pasajes divinos, hasta llegar a hacer lo que es fisicamatematicacuanticamenteimposible ,retroceder en lo que se conoce como tiempo.

La brisa marina acariciaba mi piel, y desordenaba mi castañoamarillento pelo, las gaviotas bailaban con rectangulares movimientos, el sol no se podía mirar, mis pies estaban empanizados con arena, hasta las rodillas, y hombres que vendían pan de huevo, palmeras, y otras cosas, caminaban con faldas blancas y canastas de mimbre.

El agua iba y venia, y yo pensaba en esas cosas que piensan los niños cuando tienen esa edad, el agua (fría) chispotiaba a mis pies.

De pronto escuche la voz de mi madre gritando mi nombre, ella con una sonrisa todavía blanca,

Ayude con el quitasol, caminamos por la arena caliente, caliente muy caliente, caliente como cuando por primera vez toque el fuego, sin saber lo que pasaría, era tan hermoso, tan bailarín, con unos colores intensamente vivos, un impulso (como siempre) me llevo a aproximar medianamente rápido mi mano y sentir el calor intenso en mi dedo, lloré mucho, no solo por el dolor, sino porque no podía creer que no podría manipular con mis propios dedos esa cosa tan bella. Subimos al auto rojo, el cual tenia un cartón en el vidrio delantero, el cual debería haber ayudado a que no se caliente el auto, el aire caliente entraba por mis fosas y me dejaba un respirar molestoso. Después de que avanzamos y las ventanas bajamos, la temperatura regreso a la normalidad, y seguí pensando en eso que estaba pensando.

Dormí hasta que en el mismo instante que llegamos, justo antes que mi mama me despertara, es curioso, el auto hace muchas paradas, en los semáforos, o cuando hay embotallemiento, y ahí no te despiertas, sino cuando es la ultima parada, como si durmiendo supieras que fuera la ultima.

Bajamos la gente pasaba con rapidez, de oriente a poniente y occidente y norte y sur y saliente, corriendocaminando, yo con mi traje de baño aun mojado, entre al supermercado, seguía pensando en eso que estaba pensando en la arena, hasta que mi madre dijo.

- Ni se te ocurra perderte esta vez. Quédate acá, al lado mío por favor. Van a llegar las viejas esas del té y todavía no compro ni el té.

Yo pensé que por mas que yo había dicho que quería ir a ala playa, ella era la que decidía cuando regresarnos, entonces no era del todo mi culpa.

Me agarró la mano con cariño y caminamos hacia la parte del pan.

Las ayuyas salían en 15 minutos, para mi fueron 30, sin poder moverme.

En mi mente revoloteaban colores, esperanzas, luces, inocencia, terciopelo, y vitalidad. Es lo mismo que revolotea en las mentes de los niños, todavía limpias, después los colores se vuelven opacos, las esperanzas se agotan, las luces se apagan, la inocencia (evidentemente) se pierde, el terciopelo se endurece, y la vitalidad, la vitalidad se toma de otras formas.

Hasta que finalmente salieron las ayuyas, me soltó la mano y empezó a poner los panes en la bolsa.

Mi mente entro en blanco por medio segundo, y cuando regresé a la realidad, decidí avanzar impulsado por una extraña sensación de libertad, me acerque al área de los dulces y mire atentamente uno por uno.

Mi Mamá estaba poniendo el ultimo pan (8 para que sea par) y pensaba en que debería empezar a ponerse nerviosa, porque talvez yo ya había desaparecido, voltio la cabeza y se dijo que no podía ser. Su sonrisa cambio a una cara de preocupación y angustia en matrimonio, puso el pan rápidamente en el carrito y salió a buscarme, decidida partió hacia el lugar de los dulces.

Cuando vio que no estaba ahí, corrió mas desesperada aun al área de juguetes. Nadie.

La desesperación, la angustia de cuando lo que uno quiere saber, queda omitido, sensación de amargo que crece como la hortaliza, al principio poco a poco, una vez que pasó la mitad dobla su velocidad hasta que derepente sientes que algo en tu interior se derrumba, se rompe, se cae, las lagrimas controlan tu cuerpo y tu mente esta casi en otro lado.

Llamó por el altavoz y esperó con reloj 10 minutos. No me podía demorar mas de cualquier parte del supermercado que 10 minutos en llegar a servicio al cliente, y ella sabía que yo sabía esa técnica para el reencuentro.

Cruzó la puerta de salida y camino a paso ligero, casi trotando, hasta que unos vacilantes primeros trotes empezaron a apurar el proceso, el sol seguía fatigante, sin embargo el viento, contrarrestaba con sabiduría el calor que emergía el radiante sol.

Yo en ese momento, entraba en una especie de trance, el cual fue recurrente durante mi niñez y adolescencia, y no se me pasaba por la mente, que podía estar haciendo daño, no era maldad, a veces simplemente entraba en contacto con otro yo, con una persona interior desconocida, pero interior, que me impulsaba a realizar ese tipo de actos, en los cuales las cosas en general me llamaban la atención, mas que al resto de personas, y era ahí donde yo podía quedarme mirando un reloj, solamente porque el segundero daba vueltas, o apreciar un instrumento musical cualquiese que fuere con una minuciosa e inquietante pasión.

Pensó que podía estar en la esquina donde el cojo que el llamaba su amigo, pero ahí estaba el cojo, solo, cojo, sucio, sin poder moverse, sin muletas, sin silla de ruedas, pero solo, su plástico mordisqueado contiene con suerte 30 pesos, mi madre le preguntó si me había visto, este le dijo que le parecía que no, ella le puso 100 pesos en su inmundo plástico y el le dijo, bueno ahora que me acuerdo creo que se fue por el sur poniente, iba corriendo, polera a rayas, traje de baño y zapatillas con luces.

Antes que terminara de hablar, se encaminó en mi busqueda.

La noche se asomaba tímida.

El miedo descontento por las venas.

El dualismo del sinsentido

La Razón de lo pequeño

Mi madre llorando me abrazo con rabia.